Esto nos hizo entender muy rápido la importancia de los procesos para conseguir un producto de calidad, además de conocer desde bien adentro la vida del campesino, sobre todo Colombiano. Esta conciencia nos permite trabajar muy de cerca con los caficultores, para mejorar los procesos de producción y su calidad de vida. Mujeres cabeza de familia que han sido desplazadas por la violencia, indígenas, desmovilizados de los diferentes grupos armados y otras minorías, trabajan junto a nosotros muy de cerca y así damos más valor a su producto, mejorando su nivel de vida y perfeccionando nuestra producción, convirtiéndonos en una marca con más de una causa.